sábado, 20 de marzo de 2010

Las Exoneraciones Tributarias

¿Quién se beneficia realmente con las exoneraciones tributarias?


Es una realidad que las leyes nunca serán del agrado de todos, siempre encontraremos opositores que, con o sin fundamento, se opongan a ellas. Pero también es una realidad que muchas normas de carácter tributario no han cumplido con los objetivos esperados y en lugar de contribuir con el desarrollo económico, solo han beneficiado a pequeños grupos de interés.


En relación a este tema, en las siguientes líneas podrán leer el comentario del Instituto Peruano de Economía, respecto a la Ley de Promoción para las zonas altoandinas.


Como si las exoneraciones hubiesen servido para algo


Alan García promulgó la Ley de promoción para el desarrollo de las actividades productivas en zonas altoandinas. La norma exonera de aranceles e impuestos por diez años a las PYME que se ubiquen por encima de los 2,500 m.s.n.m. e industrias sobre los 3,200 m.s.n.m. (El Comercio, 19/12/2009).


Poniendo como excusa nuevamente una compensación por falta de infraestructura y el aislamiento relativo de las regiones, se acaba de promulgar una nueva ley que exonera del pago del impuesto a la renta de tercera categoría, así como de aranceles e impuesto general a las ventas (IGV) para la importación de bienes de capital, a las zonas altoandinas. Este hecho no sólo ha precipitado la salida del ministro de economía, sino que también podría generar distorsiones que perjudiquen la actividad económica (CD 21/12/2007).


Como si la experiencia en la Amazonía no fuese suficiente, el gobierno de turno pareciera no entender que las exoneraciones tributarias no son la mejor manera de incentivar el desarrollo empresarial de zonas alejadas. Como concluye el estudio de Apoyo para el MEF, Análisis de las exoneraciones e incentivos tributarios el impacto de las exoneraciones sobre el producto no fue sostenido, el IPC no se ha reducido en comparación con Lima y la cantidad de gente pobre aumentó con la introducción de las exoneraciones. Sobre este punto, el Censo XI de población y VI de vivienda es claro en mencionar que más de 20 años de exoneraciones no han servido para luchar efectivamente contra la pobreza ni para mejorar el acceso a viviendas, servicios públicos o incrementar el empleo.


Encima de eso, el documento Tax Reforms del FMI hace énfasis en que los beneficios tributarios no sólo no constituyen un "lonche gratis", sino que además son caros por el grado de autofinanciamiento en el que tendría que incurrir el gobierno.


Establecer exoneraciones tributarias como solución a temas de aislamiento o déficit de infraestructura es como aliviar los síntomas en vez de curar la enfermedad. No sólo se están creando incentivos para que, por ejemplo, empresas compren maquinaria en las zonas exoneradas y luego las trasladen a la costa, sino que el costo en ingresos tributarios para el Estado podría resultar en la disminución de inversión en rubros en los que precisamente se necesita más de los recursos. Así, una asignación de presupuesto que permita sanear las desventajas con las que operan las zonas altoandinas (construyendo y mejorando carreteras, por ejemplo) sería la solución más eficiente y la que en realidad estamos esperando.


Fuente: Instituto Peruano de Economía – IPE (04 de enero de 2010) / www.ipe.org.pe


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